Albert
Berner:
90 años
de valentía
Albert
Berner:
90 años
de valentía
El éxito no se puede planificar. Pero hay que estar dispuesto a hacer lo que sea necesario. Porque una cosa está clara: sin compromiso, trabajo duro y dedicación, no se puede construir nada por uno mismo. El resto vendrá solo.
Nuestra historia de éxito
A mediados de la década de 1950, Albert Berner abandonó su ciudad natal de Künzelsau, en el sur de Alemania, a la edad de 21 años para visitar a sus primeros clientes con un baúl lleno de tornillos. Casi 70 años después, la empresa unipersonal se ha convertido en una corporación internacional cuyo nombre es sinónimo de calidad, experiencia, innovación y mentalidad práctica. Y aunque han cambiado muchas cosas, otras siguen igual: el nombre en lo más alto, el entusiasmo por nuestros clientes y la pasión por los tornillos, junto con otros 100.000 productos.
Cuando diriges una empresa familiar que lleva tu propio nombre, actúas con un sentido de la responsabilidad muy especial que nadie puede quitarte de encima.
Con un viejo Borgward en su garaje y solo 3000 DM de capital inicial en el banco, Albert Berner dio el valiente paso de crear su propia empresa el 1 de abril de 1957. Actuó con el mismo coraje que cuando fundó la empresa. Tener ideas y trabajar duro. Trabajar duro. Trabajar duro. Trabajar duro. Ese era su lema. El hambre de éxito y una fuerza de voluntad desenfrenada le impulsaron constantemente a alcanzar nuevas metas. Estaba decidido a darlo todo cada día y nunca se conformaba con lo conseguido. De este modo, sentó las bases para que nuestro grupo empresarial se convirtiera en lo que es hoy.
Ni siquiera las crisis graves, ya fueran económicas o sanitarias, pudieron detener a Albert Berner en su camino hacia el éxito. Nacido durante la guerra, creció en circunstancias modestas, se abrió camino hasta la cima y se levantó aún más fuerte después de cada revés. A pesar de todos sus progresos, Albert Berner siempre se mantuvo fiel a sí mismo y nunca olvidó sus raíces. Para él, el crecimiento empresarial y la responsabilidad social están indisolublemente unidos. Esta actitud le ha permitido hacer mucho bien a mucha gente, tanto en nuestra sede central de Künzelsau como en las demás sedes del Grupo BERNER.
Albert Berner es un modelo inspirador. Su carrera nos motiva a superar los límites de lo posible para contribuir también a un futuro mejor para las generaciones venideras. Con motivo de su 90 cumpleaños, echamos la vista atrás a su impresionante trayectoria vital. Estamos orgullosos de formar parte de una empresa familiar que no solo lleva su nombre, sino que sigue sus ideales profesionales y valores personales hasta el día de hoy.
Ni siquiera las crisis graves, ya fueran económicas o sanitarias, pudieron detener a Albert Berner en su camino hacia el éxito. Nacido durante la guerra, creció en circunstancias modestas, se abrió camino hasta la cima y se levantó aún más fuerte después de cada revés. A pesar de todos sus progresos, Albert Berner siempre se mantuvo fiel a sí mismo y nunca olvidó sus raíces. Para él, el crecimiento empresarial y la responsabilidad social están indisolublemente unidos. Esta actitud le ha permitido hacer mucho bien a mucha gente, tanto en nuestra sede central de Künzelsau como en las demás sedes del Grupo BERNER.
Albert Berner es un modelo inspirador. Su carrera nos motiva a superar los límites de lo posible para contribuir también a un futuro mejor para las generaciones venideras. Con motivo de su 90 cumpleaños, echamos la vista atrás a su impresionante trayectoria vital. Estamos orgullosos de formar parte de una empresa familiar que no solo lleva su nombre, sino que sigue sus ideales profesionales y valores personales hasta el día de hoy.
Seguir los pasos de otros nunca fue una opción para mí. Quería dejar mi propia huella.
El coraje es la suma de todas las acciones. Ser valiente es una cuestión de personalidad. Echamos la vista atrás a las etapas más importantes de la vida de Albert Berner. Una vida llena de empuje, fuerza de voluntad, visiones ambiciosas y muchas decisiones valientes.
Hambriento de más
Con solo 21 años, Albert Berner funda su propia empresa poco después de terminar su aprendizaje. Con solo 3000 marcos alemanes de capital inicial y un viejo Borgward Hansa, alcanza rápidamente el éxito, a pesar de los numerosos retos. Gracias a las relaciones con los clientes que había establecido durante su aprendizaje y a la confianza depositada en él, genera beneficios desde el principio.
El pionero de las tecnologías de la información
BERNER es uno de los primeros en adoptar la digitalización e introduce el pago de salarios sin efectivo. Como uno de los pioneros en el norte de Württemberg, Albert Berner integra la máquina Hollerith en su empresa, impresionando a sus colegas del sector. A principios de la década de 1980 llegan los primeros ordenadores IBM y la empresa invierte en su propio centro de datos para mantener su independencia.
La pasión y el ingenio conducen al éxito
Inspirado por la naturaleza, Albert Berner desarrolla el anclaje de nailon BERNER en 1966 y lo patenta. Dos años más tarde, lanza su anclaje para placas de yeso, seguido en 1968 por su primer producto químico, Super 6. A pesar del escepticismo inicial de los clientes, su lubricante de alto rendimiento de desarrollo propio les convence rápidamente. Una demostración en directo en General Motors en Dinamarca marca el éxito internacional de su desarrollo.
Alemania se queda pequeña
A pesar de la crisis económica de unos años antes, Albert Berner da el paso audaz de expandirse a nivel internacional. Se crean las primeras filiales en Bélgica, Austria, Francia —actualmente la mayor filial de BERNER— y Suiza. El crecimiento continúa y, en 1987, la empresa alemana está presente en 12 países.
El siguiente nuevo comienzo
Inicialmente centrada en la industria automovilística, BERNER se enfrenta a un mercado altamente competitivo en el sector de los elementos de fijación. Pero Albert Berner ve potencial en esta misma situación: con la fundación de BTI Fastening Technology, se centra en la venta directa para la industria de la construcción y consigue establecer con éxito sus propios productos. Además de los elementos de fijación, se crea una amplia gama de productos específicos para los oficios especializados.
Estándares europeos en Extremo Oriente
Impulsado por su inquebrantable espíritu emprendedor, Albert Berner adquiere la fábrica Hsin Ho en Taiwán, especializada en tornillos y elementos de fijación, ampliando así su empresa comercial con una planta de producción propia. En la actualidad, Taiwán gestiona las actividades comerciales en Extremo Oriente, aunque la mayoría de los productos BERNER se fabrican en Europa.
La caída del Telón de Acero
Con la apertura del Este, Albert Berner reconoce el gran potencial de expansión. Solo un año después, funda la primera sucursal en Hungría, lo que marca el inicio de la expansión de la empresa hacia nuevos mercados en la antigua Unión Soviética. En los años siguientes, BERNER continúa su expansión tanto en el Este como en el Oeste, y en 2008 se añade la última filial en Croacia.
1000 millones de marcos alemanes en ventas y el fin de una era
Dejar algo también requiere valor: Albert Berner dimite como director general, pero sigue activo en BERNER, primero como presidente del Consejo de Supervisión y más tarde como miembro del Consejo Asesor. En colaboración con el equipo directivo, lleva a cabo una reestructuración integral de la empresa, allanando el camino para que siga existiendo bajo el nombre de Berner.
Un título de caballero en Francia
En Francia, Albert Berner es nombrado Caballero de la Legión de Honor por crear puestos de trabajo inclusivos, un honor poco común para los ciudadanos no franceses. Desde 1995, la Fundación Albert Berner, galardonada en múltiples ocasiones, apoya proyectos sociales en los ámbitos del deporte y la cultura en su región natal de Hohenlohe. Por este compromiso, también recibe la Cruz Federal al Mérito de 1.ª Clase en 2007.
De tal palo, tal astilla
Vender su empresa es algo impensable para Albert Berner, un empresario nato. En su lugar, deposita su confianza en su hijo Christian, que ha conocido la empresa a todos los niveles desde muy joven. Y tiene razón: el cambio generacional es un éxito rotundo y, como uno de los directores generales más jóvenes de una empresa valorada en miles de millones en Alemania, Christian Berner sigue dirigiendo BERNER hacia el éxito.
BERNER renovada
Tras una década de profunda y radical transformación, especialmente en el ámbito de la digitalización, la empresa brilla con nuevo esplendor desde 2023, reposicionándose con un mensaje de marca contundente: PUSHING THE LIMITS. En la actualidad, BERNER emplea a unas 8000 personas en 21 países de Europa y es el especialista líder en productos químicos B2B en este continente.
Cuando tienes el privilegio de poder traspasar a la siguiente generación una empresa de éxito internacional que ha partido de unos comienzos muy modestos, sientes una gran gratitud. Como fundador de la empresa, pero sobre todo como padre, estoy muy feliz de que hayamos logrado algo que muchas empresas familiares no consiguen, y que incluso algunas acaban por perder.
